jueves, 19 de febrero de 2009

Fecha 3

Kelies y Lu


Vincent se quedó mirando la puerta con el símbolo de géminis y le llamó la atención unas inscripciones “Aquí yace uno de los grandes bastiones que resistió contra el ataque de la oscuridad” leyó.
Armand abrió la puerta, detrás había un puente que cruzaba la sala. A sus extremos varias torres representando a los Aegil (ángeles), todas de magicita. Lu comenzó a romper una de las estatuas pero Thomas le pidió que se detenga.
“Pero si estos seres no existen…” dijo ella pero igualmente se detuvo.
La gran torre se elevaba a diez kilómetros del suelo, Kelies no tenía idea de que material estaba hecha, pero era seguro que era algo muy resistente para poder sostener semejante estructura. Solo cincuenta metros de diámetro sostenían la base. Thomas chequeó también la torre pero tampoco supo decir de qué era. Al fondo del pasillo había otra puerta más sin escrituras. Cuando la cruzaron vieron una sala de cristal, una escalera central iba hacia una especie de portal. Era un espejo de cincuenta metros de alto. Tenía una inscripción “Eureka, la tierra prometida”.
-Me suena a algo religioso…- dijo Thomas.
-Es un plano diferente, es un plano de combate ¿viste como la lejanía? Mejor no lo toques- le dijo Armand.
Había dos escaleras más que llevaban a otros cuartos.

En otro lugar Joshua escuchó una voz que decía:
-Esto está mal.
-¿Antón? ¿Nenas?

Todo en la habitación del espejo comenzó a ponerse negro, la oscuridad se llevó a Kelies y a Lu, a Alexandra, a Janus y a Armand. Por último Vincent, Thomas y yo fuimos separados del resto. Quizás haya sido mejor para Thomas porque estaba a punto de cruzar el espejo cuando la sombra lo engulló.
Estábamos los tres encerrados en un cuarto, o había forma de salir, no tenía puertas ni ventanas. Pero lo más extraño era que con nosotros estaba el padre Joshua.
-Padre ¿cómo llegó aquí?- le pregunté.
-Victoria… Estaba en la ciudad, cuando nos adentramos debajo del castillo había un sello y nos trasportó hasta aquí. Estaba con Antón y las niñas.
-¿Qué pasó?
Él le explicó que en la ciudad todo era un caso, tuvo que abrirse camino pro las profundidades, por las alcantarillas. Cuando llegó al castillo estaban las niñas y Antón. Tuvo que combatir pero lograron salir. Ahora los había perdido otra vez.
En ese momento escuchamos una voz que nos dijo:
-¿Por qué han venido aquí?
-Reina, no era mi intención entrar en este lugar- dijo el padre, parecía que sabía a quién pertenecía la voz.
-Vuestros enemigos no parecen estar muy lejos Losstaroth.
La voz pertenecía a Asura quien nos dijo que si estábamos allí era porque habíamos sido elegidos. Yo estaba pensando en mis amigos ¿a dónde los habían llevado? Estaba preocupada por ellos. Temía que algo les sucediera como a Héctor. Y parecía que ella podía leer las mentes porque me dijo:
-Existe un conjuro prohibido que puede traer a alguien de la lejanía.
-Me entendió mal, yo no lo quiero traer.
-Eso no es lo que anida en el fondo de tu corazón.
-Victoria… es mi hermano pero no…- me dijo el padre.
-Pero padre, créame, yo jamás haría eso.
Thomas trataba de entender todo eso en base a sus conocimientos pero la voz le dijo:
-No intentes entenderlo, no podrás- y luego agregó- ¿están listos para lo que va a venir?
Parecía que teníamos que superar una prueba si queríamos salir de allí, pero antes otra voz habló, yo la conocía bien era la voz de Ker-Danull.
-Deja ya de jugar con los niños.
-¡Ah! Haz llegado Hermana…
No comprendí de lo que estaban hablando, dos diosas habían ido allí a conversar, sin importarles en lo más mínimo que estuviéramos allí. Cuando terminaron y Ker-Danull desapareció, un enorme ojo se abrió en la pared. Sobre ese monstruo blanco que era solo ojos y piernas estaba sentada una mujer muy bonita, su lacio pelo verde resaltaba más lo espeluznante del monstruo. Tenía un tercer ojo en su frente.
-Soy Asura, en realidad solo soy el avatar de ella. Si la Torre de Cristal se ha abierto significa que debo designar nuevos héroes. Evidentemente los Lucavi han vuelto a influir en el mundo mortal y van a provocar otra guerra.
-Para eso pelea mi Iglesia- dijo el padre.
-Pero la Iglesia está muy manchada.
-Entonces habrá que purificarla
-Necesito saber si están listos.
-¿Dónde están las pequeñas?
-Están superando sus propios desafíos ¿están listos para esto?
-Sin dudarlo- dijo Vincent.
Yo fui la única que no contestó, no confiaba en esa mujer, era la hermana de Ker-Danull la causante de todo ese desastre. De los ojos del monstruo blanco salieron unas especies de serpientes de aire. Los miré a todos y cada uno, eran seis.
Todo ese tiempo y mientras las diosas hablaban yo me había sentado en el suelo a esperar, el nodachi descansaba sobre mis rodillas, decidí que no iba a atacar a esas cosas sino me atacaban primero. Creo que los demás no esperaban esa reacción, y me dijeron que me levantara, no les hice caso.
Todos comenzaron a combatir contra esas criaturas, el padre guadaña en mano estaba junto a Vincent que empuñó la lanza. Thomas usaba sus pociones explosivas contra ellos. Cuando me atacaron me paré de mi lugar y los esperé. No sé que me estaba pasando, no podía tocarlos. Una prueba, era evidente que no iba a superarla si seguía atacando de esa forma tan ineficiente. Poco a poco los chicos fueron reduciéndolos, yo estaba tan enfadada conmigo misma que ni escuché al padre cuando gritó mi nombre. Usé toda mi fuerza en esa batalla y logré al final ayudarlos un poco.
Cuando acabamos con ellos apareció un dragón igual pero mucho más grande. Thomas le arrojó varias pociones que tenía y lo dañó en exceso con la mezcla. Yo seguía pensando que si Alex y Héctor hubieran estado allí hubiera recibido una fuerte reprimenda, estaba peleando muy mal. En cambio, mis compañeros sí estaban dando lo mejor de sí, y lo pero de todo era que yo también y casi no pude ayudarlos, al menos no con toda mi capacidad.
Cuando por fin acabamos con ese monstruo ella volvió a aparecer y en su mano aparecieron tres piedras y una pluma. Eran nuestros premios.
-Yo no tengo derecho a decidir, peleé horriblemente mal hoy.
Ella me sonrió. Dejé que los chicos eligieran primero. Thomas se llevó una esfera que inserta en su arma podía ayudarlo a obtener mejores disparos. Joshua eligió una espera que le proporcionaba un adicional de defensa a su armadura y Vincent se quedó con la pluma de chocobo que le daría mayor velocidad en un combate. Sabía que me había dejado a mí el mejor de los últimos dos objetos. También era para mejorar la armadura pero no supe exactamente qué hacía.
-Han demostrado su valentía y su lealtad. A la hora de la verdad no debería dejarse llevar por la venganza, el odio o nimiedades- luego le dijo a Vincent- Tu cuerpo es un arma de doble filo, si quieres puedo sacarte la marca que te dejó mi hermana.
-Si puede servir para lastimarla prefiero mantenerla.
-Pero ella podrá ver a través tuyo.
-Entonces por el bien del equipo- dijo mostrándole su cuello.
Ella le metió la mano dentro de la piel y se la arrancó de un golpe, vimos los músculos y los órganos de su cuerpo, pero al instante se volvió a formar. Vincent cayó de rodillas.
-¿Estás bien?- eso debió haberle dolido demasiado, tanto que no me respondió.
-En Sielestene deberán separarse. Hay un solo objeto con el que se puede sellar a Ker-Danull. Ninguno de nosotros los dioses pueden manifestarse fuera de sus recintos sagrados. Este es mi refugio, desde que Cecilia cayó del cielo. Yo he caído aquí mientras que mi marido flota en el viento. Ningún Lucavi puede vivir en el mundo sin una piedra, esta les brinda a los hombres sus poderes de Lucavi. Hay una forma de sacarla, con un objeto…
-¿Cuál?
-El anillo de la dinastía se llama.
Vincent había leído sobre ese objeto en algún lado, estaba seguro. En Alexandria había leído que guardaban tesoros mágicos, así que deberían separarse. Alguien tendría que acompañar a las pequeñas, no podían quedarse en Marnell.
-Yo iré- dijo el padre.
-Ustedes deben organizar a los ejércitos de Janus- les dijo a Vincent y a Victoria- He visto que las tropas de Galbrenos han llegado a Imbrus. Han ido a subyugar a la ciudad.
-Asura ¿hay Lucavis en la Iglesia? ¿Me lo dirás?- le preguntó Joshua.
-Deberías dejar de confiar tanto en la Iglesia. Siento tener que decirte esto, no era mi intención- le respondió ella.
Luego nos pidió ayuda:
-Si tienen algo de tiempo, cualquier ayuda será bienvenida.
-¿Qué necesita?- le preguntó Vincent.
-Lo diré burdamente: soldados y armas. Si Ker-Danull consigue entrar a Eureka traerá seres aún peores.
-¿Y si bloqueamos la entrada?
-No puedo hacer eso- dijo y lo miró a Thomas- Tengo una extensa biblioteca, si quieres puedes buscar en ella.
Thomas no lo podía creer. Dijo que se quedaría allí a proteger la torre y ayudar a reforzarla.
-Solo promete una cosa… No incendies la biblioteca- le sonrió- Luego te podré llevar de nuevo con ellos. Mi poder recién despertó cuando se rompió el sello.
-¿Hay otros espers que combatirán a tu lado?- le preguntó el padre.
-No, nosotros no estamos anclados a la materia, solo somos esencia. Los humanos solo pueden llamarnos por unos segundos. Los Lucavi están atados al mundo por esas piedras, tengan cuidado con ellas. Si Ker-Danull encuentra otra piedra se la puede dar a Galbrenos o a su padre…
-¿Con el tatuaje se fueron mis poderes?- le preguntó Vincent.
-No, tus poderes están atados al caos, la sombra no es mala, solo es la contrapartida de la luz.
-Esa espada resuena con mi energía- dijo Joshua.
-Porque tú eres caótico.
-¿Con esta espada no tengo conexión con Ker-Danull?
-No, la gente de Sielestene la mirará con buenos ojos, solo su general tiene una como esa.
Thomas antes de irnos nos entregó las últimas pociones que le quedaban.
-Tomen, les servirán, nos vemos luego.
Volvimos a la puerta de la Torre mientras Asura le mostraba a Thomas la entrada a la biblioteca. Nuestros amigos estaban allí. Los mineros nos dijeron que habían encontrado una salida al exterior.
-Ustedes no saben nada de lo que pasó acá- les dijo Vincent.
-No… dijeron ellos y se miraron extrañados, ellos no habían visto nada extraño.
Alex estaba demasiado contenta, y eso me pareció extraño. Recordé las palabras de Asura y lo entendí, quería traer a Héctor.
-¿Estás bien Alex?- le pregunté.
-Mejor que nunca.
-No lo podés traer…
-¿Qué? ¿De qué hablás?
-A mí me dijeron lo mismo, que había una forma para traerlo, pero no lo voy a hacer.
-Que bueno, porque yo sí.
-Pero Alex… eso no puede ser bueno. Hacelo por él, no lo traigas. No sabés cómo va a volver.
-El era tu amigo, pero era mi futuro esposo, así que no podrías entenderlo. Voy a ir a Alexandria.

Por fin llegamos al castillo, Janus habló con uno de los guardias y le informaron que alguien ya había dejado el mensaje de que él llegaría allí. Además le dijeron que en Lionus se había armado revuelo por una carta.
-Disculpe maestro, pero la dama me dijo que entregue unos mensajes- le dijo Florian a Vincent.
-¿Qué dama?
Florian se señaló el ojo, después la frente.
El barco que se dirigía a Alexandria ya estaba listo para partir. Alexandra junto a Joshua, Antón y las nenas irían a buscar el “anillo de la dinastía” la única forma de destruir a Ker-Danull. Los demás tenían como destino Sielestene.
Me despedí de Alex, pero su despedida fue tan fría que hizo que me doliera el alma. Fui a despedirme del padre y le pedí que la protegiera.
-No deje que lo haga- le supliqué.
-Tiene que madurar su dolor, no lo hará… me voy a encargar de que no lo haga. Cuidate.
-Lo mismo para usted padre.
-Que Alexander te proteja.
-Vamos- me dijo Vincent, me agarró de la muñeca y me condujo hasta la nave- Nosotros tenemos otras cosas que hacer- obviamente Armand lo miró muy mal.Vi como Alex y el padre se iban en otra con Anton y las niñas, rogué que él pudiera detenerla.

*****

(Escribió Draften)



Cuando la oscuridad se disipó, Kelies se encontraba con Lu y con Armand en un cuarto de cristal, muy amplio, vacío. Todos miraron para tratar de entender dónde estaban, pero el cuarto carecía de puertas.
Estamos apresados- dijo Lú.
Gran deducción- afirmó Kelies.
Victoria, Victoria!!!- gritó Armand.
Es como obvio que no te puede escuchar, ¿no te parece?- volvió a afirmar Kelies.

En medio del cuarto apareció un ojo del tamaño de una persona, y por el ingresó al cuarto una mujer, altura media, cabellos verdes, un ojo en la frente, caminando.

Soy Asura, Dama la Verdad y sus Rostros. Este es mi palacio y los he elegido por una finalidad. Vuestros amigos están bien. Debo decirles que ellos son todos importantes para tratar de detener la guerra que se viene. Todos ellos tienen un papel importante que desempeñar. Las fuerzas de la Oscuridad no cejarán en todo intento por destruir este bastión, único objetivo de la Nube Oscura (Ker-Danul).
Uno de los vuestros ha decidido quedarse aquí, los otros, los que ustedes deberán acompañar, deberán hilvanar un ejército para tratar de vencer y liberar Marina. Mientrás Marina no sea gobernada por un descendiente de la casa Marnell, un portal a la Torre de Cristal se mantendrá abierto, y la Nube Oscura podrá convocar hordas y hordas de ejércitos.
Ustedes son los elegidos, no por los Dioses, sino porque la situación así lo ha requerido. Nuestro poder en Terra ha menguado desde la caída de Secilia (aclaración: Secilia es una ciudad mítica que se dice existía en los cielos y cayó al mundo hace 300 años por una liberación masiva de Mist) y ya no podemos elegir campeones como en su momento, no obstante, mi instinto me dice que ustedes pueden encarar ese papel. Ustedes tres tienen motivaciones distintas a los otros: ustedes buscan objetivos distintos a los de ellos.

Los tres se miraron.
Tu buscas el amor de una mujer- dijo, refiriéndose a Armand- Sufriste la pérdida que ella tuvo, y ahora solo quieres protegerla. La amas con todo tu corazón, pero ella no te retribuye. No dejes que tu amor se convierta en odio, si ella ha de amarte, el tiempo lo dirá.

Tu sigues el camino del renombre. Exploras lugares, fabricas cosas, para pasar a la fama. Te interesa dejar tu nombre grabado en Terra, y mostrarle a alguien lo equivocado que estuvo. Lo lograrás solamente si sabes rodearte de gente de confianza, si dejas llevar tus sueños por carriles de trabajo y superación- aseguró, mientras contemplaba a Kelies.

Por último, desvió su mirada a Lú: Tu eres un espíritu libre, vas donde te lleve el camino, pues lo que buscas lo has obtenido. Ahora depende de tí cuidar ese tesoro. Nunca dudes de tus habilidades.

Soy hermosa!- dijo Lú.

Asura sonrió y dijo: No obstante, deben probar su valía. Y ella se deshizo en el cristal, de donde brotó una criatura horrible, era como un ojo gigante con alas de murciélago.

Kelies y Lú dispararon contra el mago con su arma y su magia. Armand mantuvo la salud del grupo y cuando pudo incluso conectó algún ataque mágico. El monstruo, si bien presentó batalla, no fue escollo para los tres.

La voz de Asura volvió a ser oída: Ahora deben partir con vuestros amigos. No dejen que las dudas los paralicen. Deben ser fuertes en este camino, puesto que, aunque no lo creaís, parte del destino del mundo esta en juego.

Los tres aparecieron junto a sus amigos. Cruzaron unas palabras con ellos y partieron junto al resto.

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